domingo, 12 de abril de 2009

El humano barrabrava

Algunas veces las personas tienden a adjudicar o a destacar los logros o fracasos de otras personas según su origen. Y no juzgan según el contenido, ni el resultado. Demasiadas veces.

Un ejemplo claro es la exaltación con la que la revista argentina Rolling Stone destacó a una banda inglesa llamada The Draytones. No soy crítico musical, y no estoy en condiciones de decir si la banda -que toca en pubs cuya entrada cuesta libras- merecía una nota entera o un recortecito, pero lo cierto es que en el contenido del artículo se destacaba notablemente la presencia del argentino del grupo. Esta nota no es la nota a la que me refiero, pero guarda ciertos parecidos y, por aproximación, pueden sacarle la ficha.

Ahora lo vuelve a hacer Mario Javier Saban, quien resalta la condición de judío de Jesús. ¡Pero loco, qué te importa el origen del tipo, cuando tenés frente a vos tremendo mensaje universal! (Aclaro que soy judío de nacimiento y agnóstico por elección.) ¿Qué es esa obsesión por demostrar el judaísmo de Jesús? Digo, más allá de que todo el mundo sabe que el tipo era de la cole, ¿qué es lo que te lleva a tomar esa actitud de barrabrava?

Saban dice: "Yo, como judío, me enorgullezco: ¡llevo la sangre de Jesús, uno de los nuestros! Me enorgullece que Yeshua, rabino judío, haya sido el hombre más influyente de la historia de la humanidad". ¿De verdad te enorgullece que sea judío y no otra cosa? ¿No debería orgullecerte que un ser humano predicara el mensaje que predicó Jesús, y listo? Una vez más, se confunde masa con sustancia.


Cristo en orina, obra de Andrés Serrano. La foto la obtuve de acá.

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1 comentarios:

Emelina dijo...

ola
Bonita foto, parece la sangre mental de un escéptico.

saludo.